jueves, 23 de diciembre de 2010

Villancicos en España

Como vemos los villancicos no sólo suenan en Rumania, sino también en España.
Los villancicos son propios de la navidad, al igual que los turrones, la lotería de navidad, las comidas familiares, los regalos  y las luces que adornan las calles.


                                      Campana sobre campana


                        El Tamborilero


                     Los peces en el río

         Y las luces en las calles...............................
¡¡Feliz navidad!!

viernes, 17 de diciembre de 2010

La Navidad

Durante los días de Navidad se puede oír las voces de niños cantando por las calles, especialmente en los pueblos pequeños y así participando en una tradición muy antigua que se llama pedir el aguinaldo. Éstos son algunos de los villancicos rumanos específicos. Espero que también les encantará:

sábado, 11 de diciembre de 2010

La tortilla de patatas

Queridos y queridas
He encontrado esta página donde podéis aprender a hacer la tortilla española.
Yo la hago parecida, pero con las patatas menos deshechas, porque me gustan un poco crujientes.
http://www.euroresidentes.com/Recetas/tortilla_patatas.htm


Es una receta fácil, fácil: patatas y huevos.

Espero que durante estas fechas podáis experimentar con esta receta básica en la cocina española.

Un saludo,

L.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El Camino de Santiago y sus peregrinos

El camino de peregrinación es cosa muy buena, pero es estrecho. Pues es estrecho el camino que conduce al hombre a la vida; en cambio, ancho y espacioso el que conduce a la muerte. El camino de peregrinación es para los buenos: carencia de vicios, mortificación del cuerpo, aumento de las virtudes, perdón de los pecados, penitencia de los penitentes, camino de los justos, amor de los santos, fe en la resurrección y premio de los bienaventurados, alejamiento del infierno, protección de los cielos. Aleja de los suculentos manjares, hace desaparecer la voraz obesidad, refrena la voluptuosidad, contiene los apetitos de la carne que luchan contra la fortaleza del alma, purifica el espíritu, invita al hombre a la vida contemplativa, humilla a los altos, enaltece a los humildes, ama la pobreza. Odia el censo de aquel a quien domina la avaricia; en cambio del que lo distirbuye entre los pobres, lo ama. Premia a los austeros y que obran bien; en cambio, a los avaros y pecadores no los arranca de las garras del pecado.

Sobre el apóstol Santiago

El nombre de Santiago deriva de la contracción de Saint (San) y Yago, que a su vez deriva del nombre hebreo Jacobo. Dos fueron los apóstoles de Jesús de Nazaret que respondían a este nombre, según las Escrituras. Para distinguirlos se les añadió el adjetivo de Mayor y Menor. El protagonista de nuestra historia es el que fue conocido como Santiago el Mayor, pescador del lago Tiberíades, hijo de Zebedeo y de Salomé, una de las primeras y más fieles seguidoras del Nazareno.
Fue uno de los discípulos más cercanos al Maestro y muy querido por éste que le colocó el sobrenombre de Bonaerges (el hijo del trueno). Cuando, según los escritos de San Jerónimo, a cada uno de Los Doce se le asignó una provincia romana para la evangelización, a Santiago el Mayor le tocó la Hispania. Es así, pues, cómo según la tradición llega el apóstol a la península. Algunos expertos en historia sagrada sitúan al apóstol en la Cesaraugusta romana (actual Zaragoza) y en tierras gallegas.

Galicia, Noé y Santiago
Según la tradición, ya tenemos al apóstol Santiago en Galicia. El escenario es mítico y arrastraba ya antes de la implantación del cristianismo una especial fama delugar mágico, no en vano era el final de la tierra conocida, el extremo occidental del mundo, el principio del Mar Tenebroso repleto de misterios. El mar desde el que la tradición aseguraba que habían llegado unos sabios hombres que siglos atrás ya habían dejado su huella grabada en piedra (los petroglifos). Ya para entonces se conservaba en la memoria colectiva la llegada desde el mar de unos maestros que serían el origen de la nueva humanidad y que, una vez expandida la doctrina cristiana, serían identificados con el patriarca Noé y su familia.
A este respecto, localidades como Nois, en Lugo, o Noicela y Noya, en Coruña, conservan la tradición de que en sus cercanías desembarcó el patriarca Noé y que fueron fundadas por sus descendientes como acreditan sus nombres. Especialmente significativo es el caso de Noya, cuyo escudo municipal presenta un arca y una paloma, y donde se conserva la tradición legendaria de que Noé desembarcó en el cercano monte Barbanza y vivió en sus cercanías hasta que casó a su nieta Noela con un caudillo de los contornos fundando ambos la ciudad que recibiría el nombre en honor a la descendiente del patriarca. Como un último dato significativo, señalemos que en esta tierra los monumentos megalíticos son llamados arcas y el monte Barbanza cuenta con numerosos ejemplares.

Santiago y Nuestra Señora
Llega, pues, el apóstol Santiago a esta tierra mítica y la tradición cuenta que pasó mucho tiempo intentando convertir a los pobladores sin mucho éxito. La situación llegó a un punto en el que el apóstol, profundamente afectado por su fracaso, se siente desfallecer y le tienta la idea de abandonar su tarea y regresar a su tierra. Así se encontraba sentado frente al mar en las playas de Muxía cuando vio aparecer en el horizonte una barca que se acercaba hacia la playa. Mientras la contemplaba fue sintiendo una tranquilidad de espíritu cuya raíz comprendió al acercarse la barca y ver que era de piedra y estaba gobernada nada menos que por Nuestra Señora.
La barca embarrancó en la orilla y la Virgen descendió dirigiéndose hacia el apóstol para consolarlo y reconfortarlo diciéndole que tanto ella como su hijo estarían a su lado en los momentos duros animándole a seguir adelante con la tarea que se había impuesto. La Virgen desapareció quedando sobre la playa los restos de la barca. Todavía se encuentran en la actualidad la Pedra dos Cadrises, que se dice constituía la quilla de la barca y tiene propiedades terapéuticas contra los males de espalda, y laPedra d´Abalar, considerada parte de la vela y que según la tradición oscila al pisarla un justo y permanece quieta cuando la pisa un pecador.
Reanimado por la visita, el apóstol continuó con su tarea aunque se cuenta que no consiguió gran número de conversiones. Ya de regreso a su tierra pasa porCesaraugusta (Zaragoza) donde de nuevo se le aparece la Virgen portando un pilar sobre el que debía quedar expuesta su imagen, según manifestó. Al poco tiempo, el apóstol consiguió convertir a los llamados Siete Varones Apostólicos, que continuaron su trabajo evangelizador en la península permitiendo a Santiago retornar a su Palestina natal.
Una vez en su tierra, cuenta la tradición que el apóstol se enfrentó a varios magos y falsos profetas consiguiendo algunas sonadas conversiones antes de ser detenido por tropas romanas y condenado a muerte. Santiago fue decapitado hacia al año 44 después de Cristo convirtiéndose en el primer apóstol martirizado.

El regreso de Santiago a España
Según la leyenda o tradición, a la muerte del apóstol siete discípulos roban el cuerpo y lo llevan al puerto de Jope, donde milagrosamente aparece una nave que ni siquiera conservaba el timón en la que embarcan dos de ellos, Teodoro y Atanasio, acompañando el cuerpo del apóstol en un viaje hacia la Hispania con la intención dedar sepultura a Santiago en el país en el que predicó. En un trayecto de siete días realizado bajo la guía divina y con una tripulación angelical, la embarcación llega a un poblado llamado Iria Flavia, situado en la confluencia del Sar y el Ulla (actualmente la ría de Arousa) en la costa atlántica, los confines del entonces Imperio Romano. Todavía es posible encontrar en la iglesia de Santiago de Padrón el pilar de piedra en que presuntamente quedó amarrada esta embarcación.

Es en este punto donde entra en escena la reina Lupa, personaje mítico-pagano y practicante de ritos mágicos de la religión druídica de origen celta. Al parecer, esta reina gobernaba el territorio gallego por encomienda de los dominadores romanos. Según una de las versiones de esta leyenda, el cuerpo del Apóstol es elevado por los aires milagrosamente hasta posarse a unas 12 millas de la costa, donde derrota a un gran dragón (en el llamado Monte Sacro). Este hecho milagroso al parecer convenció a la reina Lupa de la intervención divina y le llevó a autorizar su entierro en dicho lugar. Según otra versión de la leyenda, la reina Lupa conduce a los discípulos Teodoro y Atanasio, que habían acompañado el cuerpo del apóstol, hasta un campo donde pacen unos toros bravos de su propiedad y les autoriza a tomar dos de ellos para que arrastren una carreta con los restos de Santiago. Los discípulos entran en recinto y colocan el yugo a dos toros, que mansamente lo permiten y comienzan a arrastrar la carreta hasta que voluntariamente se detienen en el bosque en el que posteriormente serán encontrados los restos del apóstol Santiago. Allí permanecieron los discípulos llevando una vida de oración y siendo enterrados junto a los restos de su maestro.

El hallazgo de los restos del apóstol
Si bien hay algunas dudas sobre la fecha exacta (hay autores que acusan a los franceses de haberla manipulado para que fuese en vida del emperador Carlomagno y hacerle así acreedor de méritos relativos al descubrimiento) parece que corría el año 813 y las tierras gallegas, que habían sido liberadas del dominio musulmán, eran gobernadas por el rey Alfonso II el Casto y estaban habitadas por gentes cristianas que luchaban por conservar su fe.
En los alrededores de la parroquia de San Félix de Lovio vivía un eremita llamadoPelayo o Pelagio. Tanto él como otros vecinos llevaban varias noches observando un fenómeno luminoso; una cascada de estrellas surgía de un monte que posteriormente sería conocido como Pico Sacro e iban a posarse señalando un punto en el cercanobosque de Libredón. Pelayo solicitó audiencia con Teodomiro, obispo de Iria Flavia, y le contó lo que estaba ocurriendo. El obispo acudió con una numerosa comitiva y, siendo testigo del prodigio, ordenó que se excavase en el lugar señalado por las estrellas. Así se hizo hallándose los restos de un altar y junto a ellos una tumba mayor que se llamaría desde entonces Arca Marmórea y dos tumbas menores. Según la tradición, en el Arca Marmórea podía leerse una inscripción que decía: "Aquí yace Jacobo, hijo de Zebedeo y hermano de Juan". No le quedó al obispo duda alguna sobre la identidad de los restos que conservaba y dedujo que las tumbas menores debían corresponder a los discípulos del apóstol, Teodoro y Atanasio.
Alfonso II fue informado y acudió al lugar para venerar los restos del apóstol y ordenar la construcción de la primera capilla que los custodiaría. Los hechos milagrosos comenzaron a proliferar y el papa León III fue informado de los hechos sancionando su autenticidad. La noticia pronto corrió por toda la cristiandad y no tardaron en aparecer los primeros peregrinos. Era el germen de unas peregrinaciones que pronto competirían con las realizadas por los cristianos a Roma y Jerusalem.

Peregrinos
El término "peregrino" deriva del latín "peregrinus" que significa extranjero, y define a aquellas personas que abandonan su hogar para iniciar un recorrido para alcanzar una meta de especial relevancia religiosa o espiritual. Los motivos para iniciar esta peregrinación eran en su origen religiosos, pero en la actualidad se mezclan motivos de este tipo con otros de tipo cultural, deportivo y turístico.
A continuación se ofrecen una serie de datos estadísticos facilitados por el Registro de la Oficina de Acogida de Peregrinos en Santiago de Compostela. Hemos de hacer varias salvedades o advertencias a este respecto:

- Por un lado, en estos datos se entiende por peregrino a todo aquel que haya llegado a Santiago por medios no motorizados (andando, en bici o a caballo) cumpliendo con los requisitos necesarios para obtener la Compostela (haber recorrido más de 100 kilómetros). Quedan excluidos todos aquellos que hayan llegado por otros medios a Santiago
- Quedan excluidos también todos aquellos que han realizado un tramo del Camino que no haya finalizado en Santiago de Compostela.
- Quedan excluidos igualmente todos aquellos que no se hayan presentado en la oficina que facilita las estadísticas.

Los datos indican un fuerte y sostenido incremento anual del número de peregrinosdesde el año 1.986 en que se comienza a recoger la información hasta el año 2.003, último año no Jacobeo del que se tienen datos. A este respecto, se ha pasado de 2.491 peregrinos contabilizados en 1.986 a 23.218 en el año 1.996 y a 74.614 en el año 2.003.
Este incremento es igualmente significativo entre los diferentes Años Jacobeos de los que se tienen datos. Así, se pasa de 99.436 peregrinos contabilizados en 1.993 a 154.613 en el año 1.999 y a 179.944 en el año 2.004, último Año Jacobeo celebrado.
Los datos también arrojan un espectacular incremento del número de peregrinos en los Años Jacobeos respecto al resto, si bien esa diferencia se va acortando con el paso del tiempo. Así, en 1.993, primer Año Jacobeo del que se tienen datos, la cifra de peregrinos multiplicó por diez la de 1.992. La cifra de 1.999 multiplicó por cinco la de 1.998 y la de 2.004 multiplicó por dos a la del 2.003.
Otra conclusión de los datos observados es el espectacular empujón que supone la celebración del Año Jacobeo para el crecimiento de las cifras de peregrinos en años posteriores. Es decir, si en 1.992 la cifra de peregrinos fue de 9.764, la celebración al año siguiente del Año Jacobeo supuso que ya en 1.994, año no jacobeo, el número de peregrinos fuera de 15.863. Similar incremento se observa entre las cifras del año 1.998, con 30.126 peregrinos, y el año 2.000 con 55.004 peregrinos, con el Año Jacobeo de 1.999 de por medio.

Estos datos ponen de manifiesto una innegable e importantísima revitalización de las peregrinaciones jacobeas.
Por su procedencia, los peregrinos españoles representan la mayoría, más del 60% del total, mientras que los extranjeros más aficionados a la peregrinación son los alemanes (8,7%) seguidos de los franceses (7,5%), italianos, portugueses, etc. Entre los españoles, los más asiduos son los madrileños, andaluces, catalanes, gallegos y valencianos.
En definitiva, el retrato del peregrino sería un varón español, de entre 20 y 30 años que realiza el Camino a pie.
Desde el principio de las peregrinaciones, muchas son las personalidades de todos los ámbitos que han recorrido la ruta. Desde que el obispo de Le Puy, el primer peregrino ilustre, llegó a Santiago, muchos personajes históricos han seguido sus pasos. Así lo hicieron reyes y reinas como Alfoso II, doña Elvira, los Reyes Católicos, Carlos V o Felipe II. Grandes guerreros como El Cid (aunque existen dudas) o Gonzalo Fernández de Córdoba (el Gran Capitán). Santos y prominentes hombres de la Iglesia como san Francisco de Asís, santo Domingo de Guzmán o el papa Juan XXIII. Estudiosos, deportistas, gentes del espectáculo, etc.

Símbolos jacobeos

Los peregrinos recibieron a lo largo de la historia diferentes denominaciones relativas a los lugares de destino, así se conoció a los que viajaban a Roma como romeros, los que acudían a Jerusalem fueron denominados palmeros y aquellos que recorrían la ruta jacobea fueron llamados concheros o concheiros. Esta denominación deriva de uno de los principales símbolos que identificaron e identifican a estos peregrinos; la concha de la vieira
En principio la concha de vieira era recogida en las costas gallegas por los peregrinos y llevada de regreso a sus lugares de origen como prueba fehaciente de la culminación de la peregrinación y recuerdo de la misma. Con el tiempo se generalizó el uso de este objeto como símbolo identificativo de los peregrinos jacobeos, que ya podían adquirirlas en los primeros tramos del Camino, a donde las llevaban los comerciantes, y las portaban en lugar visible (prendidas de sus capas, sombreros, mochilas o bordones).
En su origen la concha fue símbolo de la catedral de Santiago. Se desconoce el motivo de su elección, aunque hay quien lo explica comparando su forma con el sol poniente hacia el que se dirigía la ruta. Hay también quien considera que la concha fue en su origen una marca de cantería que simbolizaba el saber o conocimiento llegado desde más allá del mar. Por último, una explicación más relacionada con el contenido esotérico oculto en el Camino identificaría la forma de la concha con la pata de la ocaque señalaba en la ruta los puntos de especial sacralizad. Existe una leyenda que intentaría dar una explicación a la elección de la vieira como símbolo jabobeo:
Se cuenta que sucedió en las inmediaciones del lugar donde se varó la barca que transportaba los restos del apóstol desde Palestina. Al parecer, tras la celebración de una boda, iba la comitiva acompañando a los novios siguiendo la tradición que mandaba regresar caminando desde el templo hasta el hogar de la novia, donde se celebraría el banquete. El recorrido discurría por la playa, que presentaba un bravo oleaje. En un momento determinado la comitiva distinguió en el horizonte una barca a la deriva que se acercaba a la playa corriendo serios riesgos de naufragar. Ante esta visión el novio, que cabalgaba junto a su recién estrenada esposa, se decidió a acudir en ayuda de los apurados navegantes y se internó en las aguas sin desmontar de su caballo. Una gigantesca ola lo arrastró hacia las profundidades y, viéndose perdido, invocó a los cielos e inmediatamente sintió una extraña fuerza que lo arrastraba hacia la orilla. Caballo y jinete pisaron tierra firme justo en el momento en que la barca que transportaba los restos del apóstol alcanzaba la orilla. Al salir de las aguas, toda la comitiva pudo observar que, tanto jinete como cabalgadura, estaban completamente cubiertos de conchas de vieira. Todos consideraron la salvación como un milagro debido a la intercesión del cuerpo que se transportaba en la barca y quedaron así indisolublemente unidos para siempre la imagen de Santiago con la concha de vieira. Esta leyenda intentaría, por tanto, explicar la elección de la vieira como símbolo de Santiago realizada por el mismísimo apóstol.

Otros son también los símbolos tradicionalmente asociados a las peregrinaciones jacobeas. Representativos a este respecto son los bordones y las calabazas que tradicionalmente prestaron sus servicios como cantimploras. Más recientemente se han popularizado los emblemas propios de órdenes militares y hospitalarias medievales como la "tau" de los antonianos, la cruz de los templarios o la cruz de Santiago.
Igualmente la versión más moderna de la concha de vieira, el símbolo más universalmente identificado con la ruta jacobea, es el diseño de los españoles Macua y García Ramos que representa una esquemática concha de vieira amarilla sobre el fondo azul (colores de la Unión Europea) que aparece en paneles informativos, carreteras, autovías, puntos de información, etc. Otro símbolo popular del Camino es la famosa flecha amarilla con la que se indica el itinerario real, el que atraviesa pueblos, descampados, bosques y ríos. Esta flecha de color amarillo fue una iniciativa de uno de los personajes clave en el resurgimiento de las peregrinaciones jacobeas. Nos referimos al difunto padre Elías Valiña, experto peregrino y párroco de O Cebreiro, que comenzó a señalizar la ruta con este símbolo luego extendido por todo el recorrido.